martes, 2 de febrero de 2016

Soy Juana - Presentación




                                                                                    Prólogo
Dos adolescentes en el mismo colegio se enamoran de la noche a la mañana, tán rápido como una ráfaga de viento. Se conocen mucho, pero como amigos. Y se conocen tanto que tienen miedo de decir lo que sienten, tanto miedo que pasa el tiempo mientras ellos imaginan como sería aquél día que la verdad salga a la luz. Después de tanto esperar millones de piedras se interponen en sus caminos, ellos piensan en rendirse pero el destino los va a sorprender, porque cuando algo se desea mucho todo se alinea para que ello se haga realidad.

PRESENTACIÓN DE LOS PERSONAJES
Lena: Soy Lena Costa, nací y viví toda mi vida en Olavarría. Voy a un colegio de mi ciudad llamado “Los Arroyos”. Tengo 14 años y lo que más me gusta hacer es bailar. Me considero una chica con muchos sueños que cumplir, y tengo mucho humor que muchas veces me juega en contra y otras a favor. Tengo un grupo de amigas que está conmigo siempre, pero tengo una sola mejor amiga, Janet. Nos conocemos desde tan chicas que somos como hermanas, aunque tengo la propia. Mi hermana 7 años mayor que yo se llama Lourdes, y por supuesto tengo dos padres, Silvina y Gastón. En mi casa soy libre, no tengo nada que esconder, siempre dije lo que pensaba con total libertad y siempre mi opinión fue respetada, como la de todos en mi familia. Conté todo lo que me gusta pero me falta lo que más odio en este mundo. Odio la gente falsa, odio el mal gusto, odio la gente sin sueños, odio todo lo negativo, odio la gente sin humor, odio que me obliguen, odio las peleas, odio la dependencia, odio la gente sin amor, odio ODIAR.


Martín: Soy Martín Gómez un chico de barrio. Vivo en Olavarría y lo que más me gusta hacer es jugar al fútbol, desde muy chico entreno y es una pasión. Podría estar una vida hablando del deporte. Desde chico voy a un club cerca de mi colegio y ahí es donde hago fútbol, crecí en ese club y no podría vivir sin ir. Soy bastante tímido y por eso me expreso jugando. No sé lo que es tener una vida normal, mis días se basan en entrenar horas y horas. El club me dió amigos, hermanos. Gracias a ese lugar conocí gente maravillosa, además de mi familia. Mi mamá Julia junto con mi papá Pablo fueron padres muy jóvenes, pero sin embargo me criaron con mucho amor y siempre me acompañaron en lo que más me gusta. Mi papá es jugador de fútbol, aunque ya se está por retirar. También tengo un hermano, Victorio. Y por último la escuela, una de las cosas que más odio, aunque me dio amigos de los cuales no me puedo separar. Soy un chico de pocas palabras asi que si quieren saber más de mi, vayan y véanme jugar.

domingo, 31 de enero de 2016

Soy Juana - Presentación

"Soy Juana"

Dos adolescentes en el mismo colegio se enamoran de la noche a la mañana, tán rápido como una ráfaga de viento. Se conocen mucho, pero como amigos. Y se conocen tanto que tienen miedo de decir lo que sienten, tanto miedo que pasa el tiempo mientras ellos imaginan como sería aquél día que la verdad salga a la luz. Después de tanto esperar millones de piedras se interponen en sus caminos, ellos piensan en rendirse pero el destino los va a sorprender, porque cuando algo se desea mucho todo se alinea para que ello se haga realidad.

PRESENTACIÓN DE LOS PERSONAJES
Lena: Soy Lena Costa, nací y viví toda mi vida en Olavarría. Voy a un colegio de mi ciudad llamado “Los Arroyos”. Tengo 14 años y lo que más me gusta hacer es bailar. Me considero una chica con muchos sueños que cumplir, y tengo mucho humor que muchas veces me juega en contra y otras a favor. Tengo un grupo de amigas que está conmigo siempre, pero tengo una sola mejor amiga, Janet. Nos conocemos desde tan chicas que somos como hermanas, aunque tengo la propia. Mi hermana 7 años mayor que yo se llama Lourdes, y por supuesto tengo dos padres, Silvina y Gastón. En mi casa soy libre, no tengo nada que esconder, siempre dije lo que pensaba con total libertad y siempre mi opinión fue respetada, como la de todos en mi familia. Conté todo lo que me gusta pero me falta lo que más odio en este mundo. Odio la gente falsa, odio el mal gusto, odio la gente sin sueños, odio todo lo negativo, odio la gente sin humor, odio que me obliguen, odio las peleas, odio la dependencia, odio la gente sin amor, odio ODIAR.

Martín: Soy Martín Gómez un chico de barrio. Vivo en Olavarría y lo que más me gusta hacer es jugar al fútbol, desde muy chico entreno y es una pasión. Podría estar una vida hablando del deporte. Desde chico voy a un club cerca de mi colegio y ahí es donde hago fútbol, crecí en ese club y no podría vivir sin ir. Soy bastante tímido y por eso me expreso jugando. No sé lo que es tener una vida normal, mis días se basan en entrenar horas y horas. El club me dió amigos, hermanos. Gracias a ese lugar conocí gente maravillosa, además de mi familia. Mi mamá Julia junto con mi papá Pablo fueron padres muy jóvenes, pero sin embargo me criaron con mucho amor y siempre me acompañaron en lo que más me gusta. Mi papá es jugador de fútbol, aunque ya se está por retirar. También tengo un hermano, Victorio. Y por último la escuela, una de las cosas que más odio, aunque me dio amigos de los cuales no me puedo separar. Soy un chico de pocas palabras asi que si quieren saber más de mi, vayan y véanme jugar.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Lupe - Capítulo 3

Al levantarme de mi sueño profundo me di cuenta que mis padres estaban en la playa con mi hermano. Me vestí y fui junto a ellos.
-Buen día. ¿Dormiste hija? – dijo papá riéndose
-Sí, ayer tuve insomnio y me dormí tarde –
- Se lavan las tazas ¿sabías? – dijo mi hermano, recordé que había dejado todo desordenado de anoche.
- Sí, perdón- dije y me acosté en la reposera a tomar sol.
Ninguna sospecha de mi familia,  me sentía más relajada. Me fui a la orilla del mar alejada de ellos, estaba pensando y de pronto se acercó mi hermano.
-¿Dónde estabas anoche Sol? – dijo y mi cara cambió completamente
-En el departamento ¿dónde voy a estar? – dije riendo
-Sol no soy tonto. Me desperté y no te ví, fui a la cocina y encontré la taza de té pero no estabas por ningún lado. Confía en mí, nadie se va a enterar – dijo abrazándome
-Esta bien, estaba desvelada y quise salir a caminar a la playa. No dije nada porque sé que a mamá y papá no les gusta que ande sola y les parece peligroso. No digas nada –
-Ay nena, tenes que tener cuidado. No te preocupes, no se van a enterar pero la próxima me decís a mi y vamos juntos – dijo riéndose
Pasó la tarde y mi familia volvió al departamento, yo me quedé porque amaba ver el atardecer en la playa. Estaba sentada en la orilla del mar, mirando el sol y sentí que alguien se sentaba a mi lado. Asustada lo miré, era un chico de mi edad, muy lindo, de cabello rubio y ojos marrones. Ninguno de los dos dijo nada, volví a mirar el sol.
Pasamos unos minutos mirando el sol, ninguno de los dos decía nada hasta que él habló
-Me llamo Tomás ¿vos? –
-Sol – dije estirándole la mano para saludarlo
- ¿Qué te trae por acá? –
-Algo de lo que más disfruto de estar en la playa es el atardecer- dije mirando el sol nuevamente
- No te veo con cara de estar disfrutando ¿pasa algo? – preguntó
-Sí, algo grave y estoy completamente sola – dije
- No estas sola, te puedo ayudar –
- Gracias pero es privado-
-Cuando necesites ayuda me decis – dijo
- Y ¿dónde te estás hospedando? – le pregunté
-  A dos cuadras de acá, un hotel llamado “Esplendor” – dijo señalándolo, cuando me ubiqué, logré darme cuenta que era el mismo hotel donde había dejado a Lupe la mañana de ese día.
- Y ¿vos? – preguntó
- A cuatro cuadras de ese hotel, es un complejo de departamentos – dije
- Ojalá nos veamos de nuevo. Mañana te espero en el mismo lugar – dijo yéndose
Nos despedimos y fui al hotel a ver a Lupe, por suerte me dejaron pasar a la habitación 2018 donde estaba ella con sus nuevos abuelos.
Apenas me vio entrar dio un salto y me abrazó como si me conociera desde siempre. Me sentí bien, me estaba encariñando con ella
-¿Cómo la pasaron? – les pregunté
-De maravilla, Lupe es un sol- respondió Alfredo
-Me llevaron a la playa y a tomar un helado. No sabes toda la ropa que me compraron – dijo la niña corriendo a buscar bolsas de ropa
- Muchas gracias, no sé como agradecer esto que están haciendo. En cuanto sepa algo de Lupe o le encuentre un hogar les prometo que-  dije al ser interrumpida
- Querida no te preocupes nosotros nos podemos hacer cargo de ella el tiempo necesario. Somos dos viejitos sin hijos ni nietos, una niña como ella nos viene de maravilla – dijo Beba
Estuve jugando con Lupe, me mostró su nueva ropa y la vi feliz. No sabía como seguir en este asunto, esta desorientada, no encontraba una respuesta.

Pensaba que el tiempo me daría todas las respuestas, que debía esperar y dejar que todo suceda cuando tenga que suceder. 

lunes, 21 de septiembre de 2015

Lupe - Capítulo 2

Empezamos a caminar y encontramos un bar abierto, raro a esta hora. Pedimos dos submarinos y dos medialunas. No tenía hambre, este asunto me superaba, quería imaginar que todo esto era una pesadilla. Esta niña sin nombre, sin padres, sin hogar parecía que del lugar desconocido del cual provenía no le habían dado de comer ya que se encargó de no dejar una miga de medialuna ni una gota de submarino.
-¿Estas mejor ahora? Veo que tenías hambre – dije simpáticamente
-Sí, muchas gracias – dijo y pude una sonrisa en su rostro. Eso me relajó
-Ahora que estás tranquila te voy a pedir que hagas memoria, no puede ser que no sepas quién sos –
- No me acuerdo, intento recordarlo pero no puedo – dijo triste
- ¿Y algo que sepas de vos? ¿Algo que tengas tuyo? – dije mirándola como un detective
- Sí, cuando aparecí en la playa colgaba de mi cuello este bolso – dijo dándomelo
¿Cómo yo no lo había visto? Pero ví que lo tenía escondido en su abrigo. En ese instante recordé que los ruidos que yo sentía provenían de ese bolso. La niña lo estaba revisando cuando estaba en el patio.
Al abrirlo me encontré con unos juguetes, una carta que decía en su sobre “Esta carta debe ser leída en el momento indicado. Podría ser peligroso leerla antes” y un papel que decía algunos datos. Los leí “Lupe Del Prado. 7 años. Argentina. Nacida el 8 de octubre del año” habían borrado el año, aunque no era necesario sabiendo la edad de la niña.
-En este papel dice que te llamas Lupe Del Prado y tenes 7 años- dije feliz
-Lindo nombre. ¿El nombre de mis padres no lo dice? –
-Sólo eso, Lupe – dije sonriendo y haciendo entonación en su nombre
- ¿Y esa carta?- dijo espiando
-No, esto no sirve. Es un papel en blanco- dije mintiéndole, la carta debía ser leída en el momento justo y este no lo era.
Un poco había avanzado, por lo menos sabía su nombre. ¿Qué haría ahora con Lupe? No la quería llevar al departamento porque seguro mis padres la llevarían a la policía y de allí iría a un reformatorio o algún hogar, no quería eso para ella. Sentía que si llegó a mi era por algo, y yo me iba a encargar de buscar a sus padres.
El amanecer se acercaba y mientras yo leía, miraba y trataba de descubrir algo más en ese bolso, Lupe se dormía arriba de la mesa. Me dio pena verla así cansada después de caminar una noche entera, sola en este lugar y sin recordar nada de su pasado. A dos cuadras del bar había un hotel, decidí llevarla allí.
Cuando estábamos por llegar me pregunté ¿Cómo voy a alquilar una habitación con diecisiete  años? La gente iba a sospechar del ingreso de dos niñas solas a un hotel.
Ví a una señora y un señor de unos 70 años que salían del hotel, vestidos con ropa deportiva, seguramente saldrían a caminar. Sin pensarlo tanto me acerqué a ellos
-          Buen día, disculpen que los moleste. ¿Ustedes están parando en este hotel? –
-          Sí querida, sólo por 15 días – me dijo la señora
-          Señora estoy en una emergencia y necesito que me escuche atentamente y que me ayude-  la señora con cara de preocupación me asintió con su cabeza para que siguiera hablando – hoy por la madrugada me encontré con esta niña en el patio trasero del departamento en el cual me hospedo con mi familia. Ella no sabe nada de su pasado, no lo recuerda. En un bolso que traía supe su nombre y algunos datos. Necesito su ayuda, no la puedo dejar en la calle – dije desesperada
-          ¿Qué podemos hacer nosotros? – dijo la señora con intensión de ayudarnos
-          Yo la quiero dejar en este hotel pero tengo diecisiete años para alquilar una habitación-
-          ¿Y tus padres? – preguntó
-          No quiero que se enteren, esta niña puede quedar en un reformatorio y me pondría muy mal si esto sería así. Quiero encontrar a sus padres –
-          Quedate tranquila, yo te voy a ayudar. En nuestra habitación sobra una cama, no tendría problemas en darle techo a esta niña – dijo amablemente
-          Señora muchas gracias, no se como agradecerlo. Es muy gentil de su parte. – dije abrazándola

Me sentía aliviada, les presenté a Lupe y quedaron encantados. Ella quería quedarse conmigo pero le expliqué todo lo sucedido y entendió, era muy inteligente. Alfredo y Beba adoptaron a Lupe como una nieta y la llevaron a caminar por la playa, yo podía ir todas las veces que quisiera a visitarla.

Miré el reloj y eran las seis de la mañana, hasta las ocho que se levantaban mis padres tenía tiempo de ir. Caminé rápido pensando en todo lo que pasó, llegué y trepé por la pared del patio porque no tenía llaves. Con mucho silencio me acomodé y dormí hasta la tarde siguiente. 

domingo, 20 de septiembre de 2015

Presentación Lupe

Una playa contiene a una niña perdida que camina una noche entera en busca de un refugio. Encuentra a Sol una adolescente que debe crecer de golpe para ayudar a esta niña y poder averiguar su pasado. Su gran compañero en esta aventura es Tomás, un chico simple y de pueblo que es la persona más confiable para Sol. El destino les advierte, los asusta y los alegra.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Lupe - Capítulo 1

Me encontraba caminando por una playa totalmente desierta. Las olas pegaban contra las piedras. El sol iba cayendo lentamente. Mi música fuerte me impedía escuchar el sonido de las gaviotas. Deseaba quedarme a vivir en ese momento, en soledad.
La noche se acercaba, y esa playa tan tranquila se podía llegar a convertir en un lugar peligroso. Con un poco más de apuro comencé a caminar hacia el departamento donde estábamos parando.  Me encontré con lo mismo de siempre. Se fue el día y comenzaba la noche.
Me tocaba compartir la habitación con mi hermano, 4 años más grande que yo. Nos llevábamos bastante bien, lo normal entre hermanos. Esa noche el sueño no se apoderaba de mi, pasaban las horas y no lograba dormirme. Decidí tomar un té, había escuchado que era una bebida relajante. Gracias al universo, mi mamá había traído unos saquitos de té de nuestra casa. En la soledad de ese departamento, un lugar desconocido, y con el sonido del mar, me encontraba bebiendo ese té a las exactamente 4 de la madrugada.
En el momento donde bebía mi tercer sorbo de té, sentí un ruido desconocido en las afueras del departamento y acompañado por una angustia en mi pecho. El ruido se volvió a repetir, no podría describirlo pero era un ruido similar al de una persona buscando algo en un cajón o bolso. Mi inquietud no me permitió volver a la cama, y a medida que esto se repetía me acercaba cada vez hasta descifrar de donde provenía.
Me llevó a una pequeña ventana que daba al patio trasero del departamento. Mi mente se preguntaba si debía abrir esa ventana, si podía ser peligroso. Tal vez ir a dormir era una buena opción o llamar a mis padres. No tenía una respuesta clara, hasta que un impulso me llevó a abrirla. Me encontré con una pequeña niña, al verme sintió lo mismo que yo, lo pude ver en sus ojos. Su mirada era dulce, simpática y algo traviesa. Su pelo era de un color oro y sus ojos grises.  Mi mente no paraba de preguntar ¿Quién es esta niña? ¿Qué hace acá? ¿Por qué esta sola? ¿Por qué siento esto en el pecho?
Después de mirarnos por un rato, con un poco de debilidad mi boca soltó su primera palabra fue un “Hola” suave y dulce.  Y recibí exactamente la misma respuesta. De nuevo otro impulso que me llevó a saltar la ventana ¿Por qué hice eso? ¿Qué me pasaba?
La niña se asustó y tuvo un intento de escaparse
-¿Por qué te vas? –
- Tengo miedo –  me dijo con una voz temblorosa
- No te voy a lastimar. ¿Quién sos? –
- No sé –
Mi mente daba vueltas, preguntaba, cuestionaba, no lograba entender. Habia una niña de unos aproximados 6 años, en el jardín trasero del departamento en el cual yo me estaba hospedando. Ella no sabía quién era, y eso me causaba más preguntas.
-¿Cómo que no sabes? ¿Qué haces acá? ¿Por qué estás sola? – sin darme cuenta mi mente hablaba y todas las preguntas que pensaba se lanzaban por mi boca
- No lo sé – dijo con una tristeza infinita y una lagrima en su rostro
¿Debería dejarla allí o la tenía que dejar pasar al departamento? ¿Debía despertar a mis padres? Nada de eso tenía respuesta.
Me encontraba en la noche, con el cielo nublado y algo de viento, frente a esta niña que me miraba desconcertada, sin saber quién era, perdida en un lugar desconocido.
Sin tener respuestas, sin saber que hacer, pregunté:
-¿Cómo llegaste a este patio?-
-No recuerdo mucho, solamente que aparecí en la playa y empecé a caminar. Caminé un largo tiempo, toda la noche quizás. Desde ahí no sé que pasó, tal vez me desmayé y aparecí al lado de esta casa, trepé la pared y llegué aquí. – decía nerviosa
-Esperame unos minutos acá, ya regreso-
Fui despacio a mi valija y saqué unos jeans y un abrigo, me calcé mis zapatillas y recordé que tenía algo de dinero en una billetera, saqué unos quinientos pesos. Volví despacio al patio y la niña seguía allí.
-Bueno, volvamos a trepar esta pared las dos juntas y vayamos a algún lugar. No tengas miedo- la niña no respondió y me siguió. Me sentía valiente y decidida aunque estaba algo asustada.